11 febrero 2007

Mafias explotan menores en Lima

Los esclavizan para explotación sexual, mendicidad y trabajo doméstico. Las mafias también han asentado sus redes en Cusco, Puno, Arequipa y la selva
Elizabeth Salazar Vega

"No era una casa para cuidar niños. Afuera había hombres que tomaban cerveza. Me agarraron y me metieron a un cuarto donde había otras chicas. Una de ellas tenía 9 años. Acá nadie te va a dejar salir, me decían. Metían hombres al cuarto y ahí nomás, tras el triplay, nos abusaban. Gritábamos, queríamos salir pero no se podía. Estuve seis meses así, abusaban de mí a cualquier hora. Quería ir con mi mamá", cuenta Teresa. Ahora ella es una madre de 18 años, pero en ese entonces tenía solo 14. Su terrible experiencia no ocurrió a miles de kilómetros, sino en el Rímac, a donde la trajeron de su natal Cañete con la promesa de trabajo para ayudar a su hogar.

El comercio con seres humanos existe. Sobre todo en Lima, Piura, Cusco, Puno, Arequipa y ciudades de la selva, según lo confirma la ONG Flora Tristán en uno de los pocos estudios realizados al respecto. La trata es un delito distinto al tráfico de migrantes, pues debe reunir la captación de la víctima, el desarraigo de su lugar de origen y la posterior privación de su libertad para explotarla. El traslado puede implicar el cruce de fronteras (trata externa) o se da en el mismo país o ciudad (trata interna), ya que, según el Protocolo Internacional de Palermo, lo que cuenta es que la víctima se encuentra en un lugar desconocido, en el que le es difícil desplazarse o salir.


¿CÓMO OPERAN ESTAS MAFIAS?

Las principales víctimas de la trata de personas son mujeres y menores de edad, quienes son obligadas a prostituirse bajo amenaza de muerte y maltratos, o bien las someten a trabajos forzados en fábricas, campo o minas. También las reclutan para que mendiguen en las calles, trasladen droga o para comercializar sus órganos (aún no hay reportes de esto en el Perú). "Es la versión moderna de la esclavitud. Naciones Unidas ha reconocido que solo después de la venta de droga y de armas, la trata de personas es la empresa delictiva más grande del mundo", sostiene Estela Roeder, secretaria permanente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos del Ministerio del Interior.
Este ilícito y aberrante negocio genera al año unos nueve mil millones de dólares en el mundo. "Aún no se conoce cuántos peruanos están en sus redes, pero un porcentaje de las personas desaparecidas también están aquí. Ni siquiera los adultos saben distinguir si están siendo víctimas de trata, imagínense los niños", explica Roeder.
Según personal de la Unidad de Trata de la División de Secuestros de la PNP, estas mafias son integradas por tres u ocho sujetos, hombres y mujeres, con nexos al interior y exterior del país. Se presentan como amigos y ofrecen algún tipo de ayuda (económica, laboral, estudios) a la víctima.
Hace un mes la PNP desbarató una banda que llevaba jóvenes a Tacna para prostituirlas. La encargada de captarlas era Rosa Rojas Ginocchio (41), quien había instalado una falsa agencia de empleo en Ventanilla. Ella no tuvo reparos en reclutar a su vecina, una menor de 15 años que --al igual que su madre-- creía que la oferta laboral era real.
Según la PNP, estos mafiosos falsifican documentos, sobornan a funcionarios y poseen locales (bares, restaurantes o fábricas) que carecen de licencias de funcionamiento. En algunos casos son dueños de cadenas de locales donde rotan a las jóvenes. "La trata interna es lo que más predomina y Lima es uno de sus destinos principales", explica Tammy Quintanilla, secretaria ejecutiva de la Red Fresia y directora del Movimiento El Pozo.
Si llegan a Lima, las víctimas son esclavizadas para explotarlas sexualmente en bares, clubes y restaurantes de Cercado, Comas, San Martín de Porres, La Victoria, Rímac y Huachipa. Principalmente son niñas y adolescentes de entre 12 y 20 años provenientes de Puno, Cusco, Ayacucho e Iquitos.
En el caso de explotación laboral en Lima, es común el maltrato doméstico. "De repente lo vemos en la casa de al lado y no sabemos identificarlo. La gente se niega a creer que la trata existe. Son niñas o adolescentes maltratadas y hasta abusadas sexualmente, que trabajan como empleadas en las peores condiciones y no pueden salir ni regresar a su hogar porque no conocen la ciudad, y eso hay que denunciarlo", explica María Pía Hermosa, de Acción por los Niños.
El rescate de tres menores de una fábrica textil clandestina, en Santa Anita, hace unos días, es el primer caso reportado en el año como trata de personas, y también sería el primero en ser investigado como tal bajo la nueva ley que sancionará a los involucrados con no menos de 25 años de cárcel.
Otra de las modalidades que se han incrementado --de acuerdo a Katty Mallqui, investigadora de Flora Tristán-- es la trata de niños y niñas de 0 a 8 ocho años que son secuestrados o retenidos para practicar la mendicidad. En noviembre, la línea telefónica contra la trata de personas, del Ministerio del Interior, recibió la llamada de una ciudadana que se percató de uno de estos pequeños en el Trébol de Javier Prado. Tras cruzar unas palabras con él, en su mezclado quechua-español, el pequeño contó que era de Huancavelica, pero que no sabía cómo había llegado ahí. El hombre que lo vigilaba huyó cuando vio llegar a la policía. El niño y su hermana de 12 años fueron devueltos a su hogar.
DELITO ENCUBIERTO

¿Un delito nuevo? No. ¿Los casos se han incrementado? Es difícil saberlo. Las estadísticas que el Estado maneja respecto a la trata son ínfimas: solo 12 denuncias desde el 2004, y no porque no existan, sino porque hasta la semana pasada se carecía de herramientas legales para tipificarla como tal. La fiscal superior Ana María Cubas reconoce que la policía y el Ministerio Público se veían limitados a investigar los casos de trata como si fuera abandono de menores, abuso sexual, secuestro, proxenetismo. Sin embargo, estudios de la Unicef, la OIT y la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) señalan que el problema existe a todas luces, por lo que vienen apoyando la labor del Grupo Multisectorial contra la Trata que se instaló en el Perú en el 2004.
Por lo pronto, el secretario de Comunidades Peruanas en el Exterior, embajador Jorge Lázaro, adelantó que están por culminar el Plan Nacional 2006-2010 contra este delito. Dijo que reforzarán el apoyo a los compatriotas víctimas.
La nueva ley de trata de personas provee una mejor herramienta para investigar y registrar estos hechos, pero quedan muchísimos flancos por atacar. El Ministerio de Trabajo se ha comprometido ante el Grupo Multisectorial a reforzar las inspecciones laborales en talleres sospechosos ¿pero dónde queda la fiscalización de las municipalidades para clausurar locales clandestinos? ¿Por qué aún no se aplica la ley para sancionar a los clientes sexuales de menores? ¿Qué esfuerzos de prevención hace el Ministerio de Educación para alertar a los menores? ¿Dónde están los programas de resocialización estatal para rescatar a las niñas que escapan de estas mafias?
Acción por los Niños ha logrado recuperar a unas 30 muchachas y las ha inscrito en cursos diversos como cosmetología o enfermería, como el que ahora estudia Teresa. Ellas quieren reconstruir sus vidas, y lo único que piden es que alguna empresa les dé la oportunidad de un trabajo digno.
ÚTIL

4 Cualquier denuncia, consulta o aporte que usted pueda brindar para acabar con estas mafias, debe hacerla a la línea gratuita 0-800-23232 del Ministerio del Interior. Aquí personas especializadas lo orientarán.
4 Esta línea telefónica fue impulsada por la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Fundación Ricky Martin. Lo que busca es brindar atención y asistencia a víctimas, potenciales víctimas y a todos los que soliciten información las 24 horas del día.
4 Puede comunicarse con la Unidad de Trata de Personas de la PNP en el 431-8047. También puede llamar a Acción por los Niños al 349-5010.
4 La ONG Capital Humano y Social Alternativo, que integra el Grupo Multisectorial, administrará la página web www.peruanosdesaparecidos.org, para conocer con certeza la relación entre trata y desapariciones.