Quinto día
Desde que llegué a Buenos Aires, en el aeropuerto me dieron una revista llamada VIVA BUE con información de todo lo que se puede hacer en la ciudad, incluida la vida nocturna. Como no podía contactar a Nerea ni a otras niñas como la Bibián de los sueños del Gato Volador, decidí probar la veracidad de la oferta de uno de los anuncios www.BA_Beauties.com.ar , pero parece que no existe la página, así es que llamé por teléfono 15-5401-5021. Como si fueran adivinos, me advirtieron que por el momento no había rubias, así es que me describieron a las que tenían disponibles por no poder verlas vía Internet y seleccioné a Carolina (Tel. 15-4473-0433), una morenita pequeña de muy buena figura, ojitos medio felinos y voz sensual. Pedí cita para llevarla a cenar, pasear y después chirrín chin chin. Precio por el paquete: $200 USD y ojo, la parte social sólo costaba $50 USD, incluido el tiempo que uno quiera para cenar, bailar, etc.
A la hora convenida llegó a mi hotel en Recoleta y nos fuimos a escuchar un concierto de jazz en un lugar al parecer poco conocido, pero que presenta buenos grupos diariamente, llamdo ?Notorius? (Av. Callao, entre Paraguay y Alvear). Cenamos con vinito, nos compenetramos muy bien y después del concierto quedamos listos para conocernos más a fondo. No sé si porque el precio de la Diva es alto comparado con el promedio en Buenos Aires o porque ya el vino había hecho su efecto afrodisíaco, pero la noche estuvo super.Lo único malo es que ya no pude ver a mi camarerita esa noche.
Sexto día
Salí con mi camarerita a pasear por la tarde y otra vez me tuve que conformar con puros besucones. Por la noche me fui a visitar un bar en la Recoleta que era famoso porque se reunía un grupo grande de bellezas argentinas y sobre todo brasileñas y con buena música viva: Newport, sobre Junín, casi esquina con Vicente López. Desafortunadamente ya no es lo mismo, la calidad de las féminas ha bajado y de plano sólo me tomé una chela y me fui a otro antro cuyo nombre lo dice todo: SODOMA sobre Vicente López, pasando Azcuenaga. Sin que se compare con Black, el lugar es agradable y las chicas están bastante bien. Como de costumbre, me gustan las más difíciles, me aferré a tratar de sacar a una bailarina del show que estaba de campeonato hasta que de plano el capitán me dijo que no perdiera el tiempo porque la niña era la novia del DJ. Entonces se compadeció de mi y me recomendó a una chica de 19 años que yo no había notado porque vestía muy sencilla y sin mostrar sus armas. Le hice caso al capitán y la saque: Verónica. Resultó un poco inexperta porque medio mordía a la ora del oral, pero pues le tuve que dar unas clasecitas ?así no mi amor, afloja más, abre un poco más la boca, mueve la lengua, etc., etc.? Total que me la pasé de profesor de escuelita también para las posiciones y no la disfruté tanto, pero tampoco estuvo tan mal, sólo que comprobé que para mi es mejor que ya estén un poco más desenvueltas. De todas maneras, una marca más a la pistola.
Séptimo y último día.
Resulta que en una de las últimas reuniones de trabajo, conocí a una abogada la Doctora Adriana. El tema que tratamos era transporte, porque ella se especializa en transporte y aseguramiento internacional y local de carga. Adriana es un rubia que tiene como unos 30 años, pero dice que tiene 26, debe medir como 1.70 de altura y 105-65-95 naturales, en realidad el cálculo lo hice posteriormente porque en la chamba no alcance a percibir lo que traía bajo el trajecito sastre.
Después de la chamba, y como siendo extranjero es muy fácil ser medio desvergonzado, le lance suavemente los canes y entre piropos la invité a almorzar, a lo cual accedió sin mucho trabajo.
Nos fuimos a la Recoleta, que queda un poco lejos de sus oficinas en la zona de Tribunales, pero ya traía yo la negra intención de que me quedara cerca de mi hotel. Lo que comimos no tiene mucha importancia, pero seguramente también era afrodisíaco porque la plática y los piropos se hicieron más directos sin que ello le molestara a Adriana. Total que después del postre le dije que me iba a volver diabético porque todavía se me antojaba otro postre, lo cual ella entendió muy bien. Le dije todavía para no ser muy patán que quería regalarle una botellita de tequila y le pedí que me acompañara a mi hotel, el cual por ?pura coincidencia? estaba a media calle del restauran. Ella accedió y ahí vamos. Apenas entramos a mi habitación y sopas que me planta un besote de ahogar. Siguió el cachondeo y ni del tequila nos acordamos. Como es mi costumbre, puse música romanticona en mi lap top y me di una ducha. En cuanto salí, ella ya estaba en ropa interior sobre la cama, se levantó y me dijo ?este es mi cuerpito? y no manchen era un cuerpazo todo natural y lo mejor de todo eran sus tetas bien grandes pero firmes como de 18 años, al principio creí que eran de silicón, pero después de probar y probar me convencí de que eran de pura carnita.
Adriana ha viajado mucho por razón de su profesión y ya había estado en Peru , pero cuando me la estaba comiendo me dijo al borde del orgasmo que nunca había probado un peruano y que no se imaginaba que éramos así, y pues yo más me aplicaba hasta que casi gritando me pidió que también le diera de comer y pues papas al Sixty nine. No se cual fue la mejor parte porque a la hora que cabalgó era una delicia tener sus melones enfrente.
Cuando terminamos ella volvió a la realidad y me dijo que tenía que regresar a la oficina como dicen los argentinos ?si o si?, pero antes me confesó algo que medio me sacó de onda: me dijo que en sus ratos libres se avienta de vez en cuando una chambita extra de escort. Como está muy grueso darles el teléfono de la oficina de esta chava les doy solamente el de la agencia que la maneja cuando está disponible (15-4062-7742). Si alguien la contacta pregúntenle si le ha ido bien con los mexicanos y ya verán que hasta va a suspirar.
Después del clinch con Adriana, me quedé a descansar en el hotel, pensando en ir por la noche a despedirme de mi camarerita, pero como era el último día en Buenos Aires pensé que si no aprovechaba hasta el último día me arrepentiría después, así es que me fui a despedir de mi camarerita a buena hora: besos abrazos y la promesa de que iría a despedirme al aeropuerto al día siguiente, tan tan.
Ya medio caliente que me voy al Black, no hay mejor lugar para decirle adiós a Buenos Aires. Otra vez un sufrimiento para escoger compañía, no estaba María Valeria, pero mejor porque así agregué un espécimen más a la lista. Esta vez ya resulté conocido para varias muñecas que, habiendo visto que yo si consumía el producto de la casa, me estuvieron provocando. Pero fiel a mi costumbre, primero escanee perfectamente la población, seleccioné a la presa y esperé pacientemente a que se desocupara (no es raro que las mejores muñecas estén la mayor parte del tiempo ocupadas): Erika, una rubia como de 1.65 de altura y 90-65-90. Junto con otras niñas del mismo nivel estuvieron tomando champagne con unos gringos mamilas que en lugar de atenderlas sólo cotorreaban entre ellos. Me coloqué estratégicamente y a la primera oportunidad en que Erika se levantó para ir al baño (caray, tan mionas que son las chavas cuando toman y Erika se tardó más de una hora en levantarse la primera vez). Al pasar junto a mi la tomé de un brazo suavemente y le dije al oído ?hasta cuando vas a tolerar que no te traten como te mereces, yo en cambio sólo estoy aquí por ti?, ella sólo sonrió y me besó entre la mejilla y la boca, y ni modo, a seguir esperando. Le pregunté a una camarera que si pensaba que los hijos de p... de los gringos iban a salir con las niñas y me dijo que seguramente si porque ya habían gastado mucho en ellas, ¡chin y más chin!, empecé a buscar la bateadora emergente, pero aguanté hasta que los gringos se pararon junto con todas las damas y se encaminaron a la salida, ¡ya valí!, observé la acción y ¡ Oh sorpresa ¡ los bueyes no se llevaron a Erika, la cual se quedó charlando con otro cliente al lado de la salida. En seguida le dije a una camarera que por favor le dijera que una persona la había estado esperando toda la noche y que le dijera donde estaba. Erika se acordó de mí y vino en seguida, me dijo que el pinche gringo con el que estaba se había molestado porque la vio besarme y que al salir se había llevado a la primera que se le había puesto enfrente. Le di un fuerte abrazo y le dije que eso sólo tenía un nombre: destino. La forma en que ocurrieron las cosas se prestó para que la noche fuera de lujo; las mujeres aprecian detalles como este, imagínense en medio de un centenar de chicas y un tonto esperando sólo a una y haciéndoselo saber. Lo único que me preocupó era saber que al otro día mi camarerita me iba a ver como sonámbulo y yo queriendo quedar bien con ella, pero ni modo no dormí ni una hora. Erika resultó madre soltera, pero ni se le notaba, ojos verdes preciosos y nada de maquillaje pero bella, no tuve que ensañarle nada y más bien creo que me enseñó algunas cosas. Quería quedarse a desayunar conmigo, pero le dije que en realidad no podía porque aún tenía que revisar mis correos en el business center antes de salir al aeropuerto. Perdí su teléfono, pero su correo es carosito20040@hotmail.com.
En cuanto Erika se fue, llamé a mi camarerita y acordamos que yo pasaría a su departamento en el camino rumbo al aeropuerto, así lo hice y nos fuimos todo el camino al aeropuerto de Ezeiza abrazados y beso y beso. La inversión que hice en ella en tiempo y en $ no fue poca, pero espero que la próxima vez me la pase sólo con ella y sin necesidad de andar de cochinote ¡ qué asco ¡
Abuuuuur ?
FIN
Escrito por Lechuzero
NOTA ORIGINAL
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