14 enero 2007

Tu parte de atras

Los machos siempre queremos todo, buscamos complacernos en su totalidad a costa de lo que sea, asi eso no sea agradable para nuestra pareja. Lo cierto es que no siempre lo que deseamos como placer es agradable para ellas. Ester Vargas del diario Peru21 nos ofrece el punto de vista de ellas, las "perjudicadas" en este duro intercambio de dar y recibir. Lean con atencion.

Por Esther Vargas/evargas@peru21.com
Nota Original

Él quiere ir contra el tráfico, tú esquivas, sabes que de primera no te arrancará una sonrisa ni un gemido de placer; sabes que duele, piensas que no te lo mereces, pero recuerdas aquella vez -cuando cediste sin culpa ni miedo-, te dolió hasta el alma. Recuerdas también que hacia el final casi te gustó, pero esquivas. El sexo anal no es una práctica exclusiva de gays. Según el portal sexalud, el 25% de mujeres lo ha hecho alguna vez en su vida. De estas, el 50% aseguró haber tenido orgasmos. Otros estudios dan cuenta de que entre el 10% y el 20% de parejas lo hace con regularidad. El tema, sin embargo, es tabú para muchos.

Penetrar por detrás a la mujer amada, a la que se cree amar o a la de turno es la ilusión de muchos, y -al mismo tiempo- la pesadilla de muchas que no saben qué hacer. Date la vuelta ahora, no, no, NO.

Es sucio, perverso, antinatural, ¡y duele! Ese es el argumento de las que se resisten a burlar las señales de tránsito internas. El semáforo les dice que la luz verde en ese terreno no va.

Una amiga se pregunta por qué los hombres enloquecen por eso, por qué ellos siempre quieren tomarla a una por atrás, por qué sueñan con darnos la vuelta. Manuel Saravia, psicoterapeuta del Instituto Guestalt de Lima, sostiene que el placer radica en el orificio en cuestión que, al ser más pequeño que la vagina, presiona y captura el pene de manera más contundente.

Alicia Gallotti, autora del Kamasutra ilustrado, dice que esta zona es capaz de despertar mayores y más violentas sensaciones de placer que un coito vaginal. El ano, sin embargo, no ha sido diseñado para batallas semejantes.

Si tú eres de esos machos que sueña con cambiar de ruta, lo que te toca es ir lento. Esta ruta no es para que pises el acelerador. Recuerda: estás contra el tráfico. Ese orificio que deseas no fue creado para embestidas de esa naturaleza, por lo que los expertos recomiendan cierta dulzura -quizás una cancioncita de Arjona te ablande-, mucha paciencia, mucho sentido común; ponte en el lugar de tu gatita, ¿a ver, date la vuelta?

El área que estás recorriendo es extremadamente sensible. Tu falta de delicadeza puede producir desgarros y fisuras. Los profesionales sugieren juegos previos y el uso de lubricantes para facilitar la penetración.

'Love-Lub' o tu 'Lubri-K' y Arjona, y paso a paso, como quien conoce, como quien se ubica. Y recuerda: si ella, a mitad de la ruta, dice no, lo mejor es frenar. No se te ocurra convertir el debut de ambos o el de ella en una pesadilla.

¿Cómo llegar a su parte de atrás? Gallotti indica que lo primero es superar los prejuicios. Ella tendría que dejar de pensar que solo lo hacen los gays; tendría que quitarse de su cabecita la idea de que está haciéndolo como los animales o que está cometiendo un pecado. Al mismo tiempo, deberá perderle el pánico al dolor.

"La mujer dice 'no, porque duele'. Yo les digo que duele si te da miedo y aprietas, pero si estás relajada, la cosa cambia", afirma la experta.

MACHITO, PARECE QUE TE ESTÁS PERDIENDO DE ALGO
"Algunos hombres no permiten que ni les toquen los glúteos", señala Saravia. El pompis es sagrado, pero mucho más sagrado es cuando uno se alucina bien machito y teme que la tocadita le guste. Y eso no es todo, lo que más se teme es que se le tilde de gay. La falta de información, el corsé mental y, bueno, el dolor, los llevan a decirle NO hasta a una inocente caricia en esa parte de atrás.

"En la relación hombre-mujer se cree que solo vale pene-vagina; sin embargo, hay otras opciones", aclara Saravia.

Bueno, machito, lo cierto es que todo hace indicar que te estás perdiendo de algo -según los expertos- francamente placentero. Resulta que en tu ruta no autorizada se encuentra un sitio de sensibilidad extrema que -para algunos especialistas- sería el punto G masculino. Se trata de la próstata. El resultado de una adecuada manipulación de esta glándula se traduce en orgasmos A1, lo que incluye eyaculaciones de película.

Si tu chica tiene las uñas bien recortadas, un 'Love-Luv' a mano y mucha paciencia, lo más seguro es que la experiencia te fascine. Y no por ello serás menos macho.

Comentarios en el Foro