18 diciembre 2006

Karen Dejo: vedette, modelo, actriz o diosa sexy?

Su cuerpo es una tentación para muchos, pero pocos saben que Karen Dejo también cultiva su mente, como alumna de una conocida universidad. El próximo mes se estrena la película Talk show donde hace el papel de una secretaria sufrida.


Karen Dejo es una mujer que detesta pasar con 11. En sus clases universitarias y en su vida. Por eso intentará hacer lo mejor, esté donde esté.

Ahora está en su segundo ciclo universitario y los cursos ya no la atormentan tanto. Estudia Administración para los Negocios Internacionales y sus materias preferidas son Contabilidad y Estadística. A sus 24 años siente que debe tener un título profesional y su esfuerzo se refleja en haber terminado el primer ciclo en quinto superior.
"Soy adicta a los números. Hasta me compré una pizarra y pasé Mate 1 con 19", dice emocionada.
Sin motivación no hay cambio. Pero también entre las motivaciones están las negativas. En las de Karen, sus problemas con el caso Turbo le dieron ganas de alejarse de la televisión. El mundo de reflectores color rosa desapareció y se desestabilizó emocionalmente. Por eso comenzó a seleccionar sus amistades y decidió cambiar de ambiente. Para no dejarse vencer, primero constituyó una empresa de eventos. Porque su verdadero miedo es quedarse sin trabajo. Sabe muy bien que en el mundo artístico no se tiene nada comprado.
Durante los primeros días en la universidad trataba de pasar piola, siempre en primera fila con jean, zapatillas, pelo suelto y lentes. Con las clases llegaron también los trabajos en grupo, de investigación y las amanecidas académicas.
"Mi beneficio es mayor que mi costo oportunidad. Ahora estoy invirtiendo en mi carrera y a futuro voy a ver los logros", dice como una administradora de su tiempo.
Uno de sus mayores placeres intelectuales es abrir la sección de economía de los periódicos y leerla sin complejos. Ya no confunde los doce apóstoles del Nuevo Testamento con los del gobierno aprista y lee sobre movimientos bursátiles.
A su apellido japonés "Ho" –en este idioma la "h" no es muda y se lee como "j"– el tiempo le fue dejando las letras "De", que al final devinieron en su actual apellido: Dejo. De su padre heredó rasgos orientales y de su madre la raza negra. Nunca lo conoció: él era piloto y falleció en un accidente aéreo




Como buena bailarina la música está en su vida. Desde muy niña integraba las bandas musicales de los colegios donde estudió.

Vivió hasta hace dos años en la casa de su abuela –en un matriarcado– y estudió en varios colegios del Callao. Sus primos mayores la utilizaban como campana cuando hacían sus travesuras escolares. Le decían Chucky, pero a Karen le gustaba andar con ellos. Tal vez por ser hija única quería tener compañía.

"No me gusta estar sola. Desde que soy niña estoy en grupos", comenta.
Por esa necesidad entró a las bandas musicales de sus colegios. Karen aún lee partituras y antes tocaba trompeta e instrumentos de percusión. A los 15 años terminó el colegio y entró a un taller de baile y cuando se enteró de que una de sus compañeras había pasado las eliminatorias del concurso La Movida de Janet decidió intentarlo.
"Si ella está en la TV, ¿por qué yo no, si bailo mejor?", recuerda que se interrogó.
No le dijo nada a su mamá y, al llegar, el casting ya había acabado. Dio media vuelta y un extraño le dijo que pasara al estudio. De pie, con el jurado al frente, dejó que su cuerpo siguiera el ritmo de la cumbia. Al día siguiente la llamaron y luego de más pruebas ganó su puesto a los 16 años.
Estuvo en "La Movida de Janet" por 3 años y cuando salía a los grandes conciertos cumbiamberos bailaba 12 horas frente a 25 mil personas. Después le propusieron integrar Alma Bella. Karen sabía que como bailarina resaltaba, pero como cantante se moría de miedo pero la suerte la acompañó.
Luego regresó a la televisión porque la cumbia seguía sonando y vivió en Panamericana la gran pelea Schutz-Delgado Parker. Durante el lapso de la reorganización empezó en "Noches de Estrellas", como actriz.
Para mejorar en el escenario empezó a estudiar locución, expresión corporal, baile, canto, dicción y talleres de actuación con Aristóteles Picho. "De cada persona que trabaja conmigo yo aprendo algo", dice y abre sus ojos negros levemente rasgados.



De niña a mujer, Karen mantiene su natural sonrisa. Con su joven mamá y sus calendarios.
En "Noches de Estrellas" le enseñaron muchos actores como Ramón García, Jesús Morales y el maestro Ricardo Fernández. Cuando las cosas se desestabilizaron aún más en Panamericana, América Televisión le propuso entrar al programa cómico "Recargados de risa". Ganas tenía pero no quería ser vista como vedette. Al final aceptó.

Para el video clip de "Jugo de tamarindo", tuvo que ver la película "9 semanas y media". Pasó la prueba y durante un día filmó las escenas y con tanta pirueta en el tubo su pierna quedó verde de los golpes.
Si bien le gusta tener la imagen de mujer sexy, no le gusta que la encasillen. Es consciente de su talento en la danza y le gustaría explotarlo en una producción de primera, con escenarios y vestuarios preparados. Cuando baila se siente sexy y fuerte, y cuando está en un día normal prefiere pasar inadvertida.
Pero a veces, solo a veces, cuando despierta y mira el espejo se cansa de ver el mismo rostro. Para solucionarlo va de compras o va donde Marco Antonio para que le cambie el corte de cabello.
"Pienso que no he quemado algunas etapas como una chica normal", dice.
Razón no le falta, desde los 15 años trabaja y durante mucho tiempo no tuvo vacaciones. Por eso disfruta sus estudios, amigos y familia. De lunes a viernes su vida se divide en universidad y televisión. Intenta que ambos espacios no se mezclen.
Pero también a veces, solo a veces, estos mundos se cruzan como aquella tarde cuando entró con sus amigas a la cafetería a pocos minutos para que empiece un parcial y encontró las sillas ocupadas porque los alumnos estaban viendo un partido del mundial de futbol.
La ansiedad de los parciales siempre da hambre y en los 15 minutos de descanso alguien cambió de canal y en la enorme pantalla apareció Karen en lencería bailando "Jugo de tamarindo". Entre anónimos silbidos, el coro de la canción sonó con más fuerza: biri biri bombo, ye ye. Roja de vergüenza levantó sus libros y salió flanqueada por sus amigas. Apresuró el paso y cruzó las mesas decidida a nunca sacar un 11.

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